La buena crisis
por José Miguel Marchena
La palabra crisis proviene del verbo en griego antiguo “krinein”, cuyo significado es juzgar para tomar una decisión. Según Steven James Venette “crisis” es un proceso de transformación en el que no se puede mantener el sistema antiguo.
Es esta acepción del término “crisis”, la que nos plantea un momento crítico de decisión, un punto vital de inflexión, en lugar del anuncio de un inminente apocalipsis, con la que me siento más a gusto.
Un episodio de crisis pone a prueba nuestra actitud y temperamento. Las crisis nos conducen a territorios de cuestionamiento y examen a los que no podríamos acceder si prevalecieran los contextos cotidianos. En ese sentido, no existe mejor termómetro para conocer la dimensión de nuestro carácter que una crisis. Ahora bien, si no estamos a la altura del desafío o si elegimos paralizarnos en lugar de actuar, en ese caso, sí que pasaremos por un mal rato y una crisis será capaz de destruirnos.
Por tanto, la estrategia no es evitar pensar en la crisis, creyendo ilusamente que nuestra indiferencia acabará con ella; como el avestruz que esconde la cabeza ante el león confiando en que así evitará el ataque. La única estrategia es estar preparados, anticiparse a los cambios, evolucionar, transformar nuestra arquitectura mental para entender a las crisis como la oportunidad única de confirmar de que estamos hechos.
Warren Buffett, el mítico inversionista norteamericano, tiene una frase que me resulta estupenda para explicar la perspectiva positiva de las crisis: “Sabremos quién estaba nadando desnudo cuando baje la marea”. Y, explica: No siempre las cosas son lo que parecen, y menos aún en épocas de bonanza económica, cuando da la sensación de que todo el monte es orégano. Las crisis tienen algo de positivo: limpian el mercado y dejan al descubierto quién vale la pena y quién no, separando la paja del grano. Los más preparados sobreviven y mejoran, los demás, simplemente desaparecen.
Las crisis no son malas, no por defecto. La crisis es la ruptura de lo que conocíamos como “normal”, lo que venga después, positivo o negativo, dependerá de nosotros.
José Miguel Marchena
Gerente de Innovación y Desarrollo en ISIL